23 de abril de 2012

La "nube" como objetivo militar

A estas alturas, la cosa de la "nube" está tan consolidada que ya ni es controvertida. Siguen escuchándose, por supuesto, quejas: la intromisión de las empresas en la privacidad de sus usuarios, las leyes estadounidenses que permiten al gobierno de allí echar un ojo a los datos de un usuario (o del departamento de defensa de un país estúpido), el riesgo de un fallos de seguridad que afecte a miles de usuarios simultáneamente, o sin ir más lejos las quejas de GNU. Existe un peligro adicional para las "nubes", que es la posible ocupación de su infraestructura física en caso de conflicto militar o dictador chalado.

Seguramente las motivaciones variarían enormemente dependiendo del tipo de conflicto. El caso más extremo y quizás más fácil de imaginar sería el de un intento de imponer un régimen totalitario al estilo norcoreano/granhermanista. Tras alcanzar el poder, el dictador loco de turno querría asegurar la sumisión con purgas, y el control físico de un centros de datos le permitiría "googlear" información sobre todos los usuarios, en busca de pruebas de afiliación ideológica. Y estas búsquedas podrían llegar a ser muy sofisticadas, se podría buscar logotipos de partidos en las fotos, usar reconocimiento facial para buscar a gente que se haya hecho fotos junto a un sospechoso, o utilizarse software de procesamiento de lenguaje tipo Siri para analizar los correos y textos de las redes sociales.

Otros escenarios podrían ser menos extremos, por ejemplo, un bando del ejército defendiendo la democracia. En estos casos quizás no se intentaría llegar al nivel de control paranoico anterior, pero se utilizarían las mismas técnicas para lograr información de inteligencia sobre sospechosos determinados. Los movimientos de familiares y amigos podrían dar pistas. O simplemente se podría ejercer algún tipo de censura para prohibir los vídeos y textos de propaganda enemiga, o limitar la difusión de información sobre una batalla perdida para no bajar la moral a la población.

En este sentido cabría pensar también el uso como herramienta de propaganda no sólo en conflictos internos sino en guerras extranjeras y países lejanos. La mayoría de los grandes centros de datos de redes sociales o buscadores está situado en territorio estadounidense o controlado desde allí, lo cual daría a ese país en caso de guerra severa la capacidad de controlar propaganda. El único recurso de un país enemigo sería cortar el acceso a Internet, algo muy eficaz y posible pero también cada vez más notorio y molesto a medida que se expande el uso de Internet. En Túnez pudimos ver algo de este estilo: el gobierno intervino los ISPs para que modificaran la página web de facebook e insertaran código que les permitiera conseguir las contraseñas de todos los ciudadanos (facebook respondió activando login con SSL por defecto).

En cualquier caso, el interés de un ejército para hacerse con el control de un centro de datos siempre va a estar ahí. Puede que no tenga mucha utilidad para ganar o perder una guerra directamente, pero algo que contiene un montón de información potencialmente útil siempre será atractivo. Y no hay mucho que la empresa dueña pueda hacer frente a un tanque. Además, gracias a que los Estados requieren legalmente a las compañías la habilidad de acceder a la información de los usuarios en caso de juicios o por motivos de (ejem) "seguridad nacional", la capacidad de acceder a los datos esta ahí. Y un programador con una pistola apuntándole en la cabeza podría ser muy imaginativo.

Quizás todo esto parezca demasiado de ciencia-ficción, debido a que todos rechazamos intuitivamente la posibilidad de que surja una guerra dentro los países que albergan la mayoría de las nubes: EEUU o Europa. Y es cierto que aunque nada asegura que un día de estos algún país salte por los aires (Yugoslavia), es bastante difícil que ocurra. Pero no deja de ser una posibilidad real a largo plazo, y un riesgo para otros países. Los grandes centros de datos de una nube suelen estar distribuidos por varios -cada vez más- lugares del mundo, y no necesariamente estables: por ejemplo, uno de los centros de datos de Google está en Taiwan, potencial fuente de conflicto con China.

Además, cuando hablamos de nubes no me refiero en particular a Google o Amazon, sino a las potenciales nubes locales que puedan surgir a lo largo y ancho del mundo a medida que la tecnología se abarate y extienda. No es cierto que Google/Amazon/Apple/Microsoft vayan a acaparar todo: el número de centros de datos empresariales o gubernamentales a medida se expandirá, así como los servicios que se ofrezcan y el número de usuarios que los usen. Imaginemos que Libia hubiera existido algún centro de datos con un "tuenti" local. ¿Se habrían privado los rebeldes de tomarlo por la fuerza y sacar toda la información que pudieran sobre el bando de Gaddafi?

En fin, no es que haya concretado muchas cosas en este post, pero creo que se entiende. Todo avance tecnológico que se utiliza para el bien puede utilizarse también para el mal, y eso incluye a las "nubes". Confiemos en que nunca tengamos que comprobarlo personalmente.

3 comentarios:

  1. Hombre, que no corremos riesgo de conflicto armado en Europa, con la que está cayendo, y aunque suene verdaderamente paranoico, no está nada claro. Aunque tampoco se debe ser pájaro de mal aguero.

    Aún así, el riesgo de la nube no refiere "solo" a la posibilidad de que el estado los pueda usar como herramientas para ejercer la represión, que también, sino por el uso que las empresas privadas puedan hacer de ellos.

    En un mundo donde avanza el proceso de descomposición de los estados-nación y de las sociedades sobre las que se sustentaban, el relevo del control puede, y de hecho está siendo, tomado por multinaciones y corporaciones cuyos intereses se extienden como tentáculos casi infinitos y cuyos últimos responsables están ocultos en entramados de poseedores de acciones y títulos oscuros.

    La nube tiene algunas ventajas, pero unos más que notorios riesgos. La utilización de la información que ponemos a disposición de las empresas, su ánalisis y explotación, nos hace pasar de ser consumidores a ser productos. Un nuevo estadio, hasta ahora desconocido, del individuo como ente social.

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  2. Creo que hay algunos ejemplos más fáciles de imaginar y que probablemente ya estén pasando.

    Por ejemplo, no creo que sea muy conveniente para un disidente político, sea del color que sea, tener una actividad en la Red que vaya más allá de publicar sus opiniones. ¿Alguien dijo China interviniendo GMail?

    No me cuesta trabajo imaginar a los gobiernos sobornando empleados de esas "nubes" para extraer información que les interese. ¿He oído Alemania sobornando a un empleado de un banco Suizo en un asunto relacionado con los impuestos?

    ¿Hace falta nombrar empresas con grandes intereses económicos en países pobres? A los activistas de esos mundos casi les viene mejor no tener acceso a Internet.

    Me apuesto lo que sea a que el hombre de Internet en los últimos tiempos, el señor Assange, no usa el E-Mail, ni Facebook, ni... para comunicarse con su familia. ;)

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  3. dieresys10:14 p. m.

    Y mientras tanto, en el mundo Nokia, donde nada parece salir bien:
    "Final Notification: Ovi Share is closing on 30 May 2012"

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